Mucho se ha mencionado ya, después de tres clases de memoria,
sobre la necesidad de las personas por objetivar la memoria. En el
"post" anterior de este blog ponía como ejemplo de esto al memorial
del 11 de septiembre del 2011 (derrumbe de las Torres Gemelas). Debido al
suceso y al mensaje tan fuerte y tan representativo de dicho memorial, me
pareció que era el ejemplo perfecto para dar a entender el porqué el objetivar
la memoria es una necesidad tan importante en toda civilización humana.
No cabe duda que si queremos buscar más ejemplos, surja un inmenso
listado de monumentos que cuentan una significativa historia detrás de sí. Sin
embargo, en esta ocasión quiero enfocarme en otro método de fijación, y no me
enfocaré en un sólo ejemplo dentro de este método, sino que exploraré
dicho método
de una manera más profunda; una forma de fijación que ha adquirido gran fuerza en
el último par de décadas y que hoy en día es considerado como uno de los
mayores relatadores de historias en nuestra cultura: el cine.
Muy pocos se atreverán a discernir sobre el gran aporte que
el cine ha hecho a nuestra cultura, pues ¿quién nuca se ha enamorado de una
historia vista en el cine?, ¿quién no ha soñado con emular las hazañas de un
personaje visto en una pantalla cinematográfica?, ¿quién no ha permanecido
sentado al filo de la butaca con una buena historia de suspenso? Es
precisamente todo este tipo de emociones y sentimientos los que provocan y
transmiten las películas. Resultaría absurdo que no se aprovechara esto para
fijar alguna historia real, un suceso emotivo o catastrófico, una memoria que
valga la pena no solo preservar, sino esparcir a más rincones del mundo.
En las últimas clases se ha mencionado que la fijación de la
memoria cuenta con tres características fundamentales: es social, selectiva y
sintética. En el caso de las películas, estas tres condiciones se cumplen, es
solo que no se cumplen de la misma manera en la que se cumplen en un método de
fijación como un monumento. Con esto me refiero a que, si se analizan estos
tres factores, podemos encontrar hasta ventajas en el método de fijación que
representa una película.
Comencemos con la característica social. Una película, al
igual que muchos monumentos, conmemora una memoria que socialmente puede que
solo sea identificada por un grupo específico de personas; sin embargo, es
común que una película tenga un preámbulo al acontecimiento principal que
quiera relatarse. Una película que te muestra el derrocamiento del imperio
romano, te muestra también qué es lo que estuvo detrás de dicho acontecimiento
y qué fue lo que hizo que se suscitara.
Pélicula: Rush. La historia de James Hunt y Niki Lauda |
Un ejemplo más conciso de esto puede ser el de la película
"Rush", una historia que busca recordar esa fuerte competencia entre
los pilotos de fórmula uno Niki Lauda y James Hunt, la cual tiene como punto
más alto el increíble regreso de Lauda a las pistas de carrera después de un
terrible accidente. Esta película muestra no sólo el acontecimiento principal,
sino que comienza por mostrarte el inicio de ambos pilotos en el mundo de las
carreras, te muestra su ascenso y al final termina por mostrarte su desenlace después
de 30 años.
Pasando un poco más al factor de lo selectivo y lo
sintético, ocurre un poco lo mismo. El formato y la esencia de la película se
prestan para que esta pueda llegar a un mayor número de personas. Puede que una
película no sea tan sintética como un monumento sencillo en la plaza principal
de una ciudad, pero sí puede ser más sintética que un libro de 800 páginas que
narra la historia detrás de la revolución mexicana. Analizando todo en su respectiva
medida, y teniendo en cuenta las ventajas de cada método de fijación, podemos
darnos cuenta que la idea de una película como medio para preservar la memoria
tiene una razón lógica detrás de sí.
Invictus. Protagonizada por Morgan Freeman |
Dentro de este ejemplo me gustaría mencionar la película
dirigida por Clint Eastwood: Invictus. Esta
película está basada en el libro de
John Carlin: "Playing the Enemy: Nelson Mandela and the Game That Changeda Nation", y cuenta los acontecimientos en Sudáfrica después del fin del apartheid,
con un Nelson Mandela en búsqueda de la unificación racial en el pueblo sudafricano
y un Francois Pienaar en búsqueda de la conquista de la copa mundial de rugby
celebrada en ese mimo país.
A estas alturas cabe mencionar que es importante saber
diferenciar cuándo se trata de una película hecha para fijar una memoria, y
cuando se trata de una película hecha para el entretenimiento del público. Hago
mención de esto, no porque crea que haya personas que vea la película de "Godzilla"
y de verdad la consideren como un acontecimiento real que debe preservarse.
Hago esto porque considero que entre dichas películas existen producciones que afirman
estar basadas en hechos reales, cuando en realidad sólo están ideadas alrededor
de un acontecimiento o personaje "real".
Qué mejor ejemplo de esto que la película de "Chucky:el muñeco diabólico", una historia que dice estar basada en un muñeco llamado
"Robert" (actualmente exhibido en el East Martello Museum, en
Florida), del cual múltiples testimonios afirman que este tiene vida propia.
Sin embargo, la historia de Chucky no está plateada ni en el mismo contexto, ni
con los mismos protagonistas, ni con la misma historia de fondo, por lo tanto
no puede ser considerada como una fijación de la memoria, pues evidente que no
narran la misma historia.
Robert. Muñeco en exhibición en el East Martello Museum |
Antes de pasar a la conclusión de este "post", me
gustaría hacer mención y desarrollar con mayor profundidad una ventaja más que
veo dentro del método de fijación de la memoria por medio de películas. En un
momento de este "post" mencioné que existen muchas historias que sólo
son conocidas por un cierto, y a veces limitado, número de personas. Aquí es
donde radica una de las maravillosas ventajas de las películas: su memoria se esparce
con mucha mayor facilidad. ¿Cuántos no
conocerían la historia de Chris Kyle si no fuera por la película "AmericanSniper"? ¿Cuántos habrían ignorado
el aporte de Alan Turing si no lo hubieran visto a fondo en la película "ElCódigo Enigma"?
Está de más volver a hacer hincapié en el gran aporte del
cine a la fijación de la memoria. Sus ventajas y la gran trascendencia que este
tiene en nuestra época, lo convierten una forma de preservar la memoria y
contar historias casi perfecta. Puede que en cuanto a costos suela resultar muy
elevada, sobre todo si se quiere que esta tenga un mayor esparcimiento, sin
embargo, ¿acaso no son así todas las formas de fijación? Solo nos queda
sentarnos y disfrutar de todas esas historias que el mundo tiene para
contarnos, memorias que piden a gritos ser escuchadas, preservadas y
transmitidas.
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