lunes, 9 de noviembre de 2015

La futurología y el resurgimiento de la guerra armamentista

La futurología puede definirse como aquel estudio o conjunto de estudios que buscan predecir algún evento futuro, esto se hace mediante el uso de diversas técnicas científicas y de adivinación, como lo pueden ser la probabilidad y estadísticas, el seguimiento de un patrón de eventos o la ciencia sistemática. La última clase de Artefactos tuvo precisamente esto como tema principal, exponiendo conceptos como el de "futurología" y presentando nombres de personas especializadas en el tema como Carl Sagan.

Este post tiene como objetivo indagar un poco más en este tema, buscando explicaciones a las predicciones acertadas de algunos de los autores de profecías más famosos de la historia. También haremos uso de estas técnicas de predicción, para de esta forma hacer una predicción y análisis sobre la nueva guerra armamentista que comienza a vislumbrarse en nuestra época.

Si empezamos por analizar las predicciones de dos de los autores de profecías más famosos, Nostradamus  y la Agatha Southeil (también conocida como madre Shipton), encontraremos una coincidencia muy peculiar en sus predicciones: ambos escribían sus profecías en forma de poema o verso, ya que temían que se les acusara de brujería. El problema de estas, es que se prestan mucho para la libre interpretación. No quiero decir que la exactitud de algunas de estas deje de ser impresionante, sino que hay profecías de Nostradamus que algunos consideran como cumplidas, mientras que otros aún siguen a la espera de que estas se presenten.

Al navegar por la red y buscar algunos cuantos artículos, he notado que existen autores que no coinciden en la plena interpretación de las profecías. Por ejemplo, entre las fallas de Nostradamus, algunos contabilizan la profecía del asesinato del Papa en 2010, evento que nunca sucedió. Sin embargo, hay quien le otorga esta predicción como cumplida, pues apelan a la idea que esta profecía recae sobre la dudosa muerte de Juan Pablo I en 1978.

A lo que intento llegar con esto, es al hecho de que el comprobar dichas profecías en su totalidad resulta sumamente complicado, pues es obvio que son demasiadas las variables que toman lugar al momento de hacer una predicción. Por lo tanto, una predicción nunca podrá estar dotada de plena exactitud, pues siempre estará sujeta a la libre interpretación de sus futuros receptores.

Ahora, si intentamos hacer uso de las técnicas de adivinación y futurología para intentar hacer una predicción sobre la nueva carrera armamentista que se encuentra a la vuelta de la esquina, lo mejor sería hacer uso de la estadística y el seguimiento del patrón de eventos de los últimos 100 años. Si analizamos todos los acontecimientos ocurridos desde el inicio de la primera guerra mundial hasta nuestros días, podemos decir que el mundo nunca ha dejado de estar en guerra. Y en cada conflicto, sea de forma directa o indirecta, Estados Unidos y Rusia (antes Unión Soviética) han estado inmiscuidos.

Con el término de la Segunda Guerra Mundial, la carrera armamentista acelera su paso, Estados Unidos y la Unión Soviética se encuentran en una tensa lucha por ver quién estaría mejor situado tecnológicamente al  momento de que el siguiente gran conflicto estallara. La lucha de ideologías y de egos hacía ver como inminente e inevitable un conflicto que solo parecía estar postergándose. El estallido de una nueva guerra mundial parecía estar a la vuelta de la esquina, la carrera armamentista era un secreto a voces.

Todo parecía haber llegado a su fin con la disolución de la Unión Soviética; había un hipotético aire de victoria del lado de los americanos y las aguas parecían haberse apaciguado. Sin embargo, la guerra armamentista parece nunca haber acabado, sino que esta continuó su desarrollo escondida aún más profundamente. Hoy en día, esa tensión que se sentía hace 30 años parece haber regresado con los últimos acontecimientos. Los conflictos en Medio Oriente y en la Unión Europea, sumados al crecimiento exponencial del mercado asiático en los últimos años, han terminado por sacar a flote una vez más la carrera armamentista entre Rusia y Estados Unidos.


¿Cuál sería una predicción acertada? Teniendo en cuenta los antecedentes históricos y los diversos tratados que existen hoy en día (de los cuales muchos se firmaron en consecuencia a la segunda guerra mundial y guerra fría), podríamos decir que nos esperan muchos años de tensión, pendiendo de un hilo para que estalle una tercera guerra mundial. Estos países han regresado a una carrera armamentista en la que ninguno de los dos piensa ceder. Si no se hace nada al respecto, los fuertes conflictos en Medio Oriente, sumados al acelerado avance tecnológico y un aparente resurgimiento mutado de ese enfermizo nacionalismo-fascista del siglo pasado, podrían propiciar el estallido de la tercera guerra mundial dentro de los siguientes veinte años. Esperemos esta predicción sea una muestra de lo difícil y erróneo que puede ser la futurología, más cuando se carece de un estudio extenso de todas las variables infinitas posibles.